Luego de esa explosión de Amor que les contaba en la parte I, entre otras cosas había tomado la decisión (con mucho dolor) de dejar la relación amorosa que mantenía en esa época, y que tanto mal me hacía. Pero para eso debía renunciar a mi trabajo, porque era la única manera de no ver más a esa persona. Tenía que ser de inmediato, y sin otro trabajo a la vista, debía también rescindir el contrato de alquiler porque no lo iba a poder pagar. No sabía dónde iba a ir a vivir, ni qué iba a comer, pero esa vez sí, confiaba con todo mi ser en mi recién descubierto Señor. Y sabía que no me iba a desamparar, aunque no sabía cómo sería.
Sentía que iba a lanzarme al vacío, y así fue. Pero...es tan grande el Amor del Padre por sus hijos, que todo el año que siguió fue tan maravilloso que no voy a olvidarlo jamás.
Al día siguiente, sonó el timbre y era una amiga que hacía años no veía, y que hoy ya no veo por cosas de la vida, pero por la cual siempre oro porque fue un instrumento muy valioso en el Plan de Dios para mi vida. Su nombre, Gabriela. Venía a visitarme, y cuando le comenté mi decisión, muy asombrada me dijo que no podía creer tal coincidencia, ya que el día anterior, la inquilina de un departamento que ella tenía la había llamado para decirle que ya no viviría más allí, por lo cual estaría desocupado, y que entonces...podría yo ir a vivir allí, gratis!!! Imaginen mi corazón cómo saltaba de alegría, reconociendo en todo esto la Mano de mi Señor.
Esa misma semana renuncié al trabajo, me mudé a la siguiente, y durante un año no trabajé, había quedado muy golpeada por todo lo vivido los años anteriores, no podía asumir la responsabilidad de otro trabajo. Pero....
Una vez más, la Grandeza y Misericordia de Jesús, que Se ocupó muy bien de mimarme con todo tipo de atenciones, regalitos diarios venidos de Su Amor, pequeños detalles donde reconocía Su Mano, hasta el dinero justo para comer por día aparecía de las formas más curiosas. El mayor de esos regalos fue que cerca estaba la Parroquia donde ingresé al grupo de oración, conociendo al "gran desconocido", el Espíritu Santo y Su acción poderosa. Por cinco años de extravío, fueron cinco años de servicio en esos grupos de oración, donde me fue sanando, delicadamente, de todas aquellas heridas.
La Divina Providencia. Estuvo, está y estará siempre con nosotros, por el Amor que el Padre nos tiene. El Hijo está siempre con nosotros, tal como prometió, hasta el fin de los tiempos, y el Espíritu Santo viene en auxilio de nuestra debilidad.
Confiemos en la Misericordia del Señor, Jesús está VIVO, y quiere ser parte de nuestra vida.
Gloria a la Santísima Trinidad!
Mi estimada Susana:
ResponderEliminarEn esta vida hay situaciones muy dolorosa pero con tu fe y confiando en la providencia, aunque cuesta se puede salir de pozo
Me consta que eres una mujer fuerte. ¡A delante amiga!, la batalla es tuya.
Te quiere
Sor.Cecilia
Querida Sor.Cecilia, es cierto, algunas hasta incomprensibles, pero siempre recordando "todo lo puedo en Cristo, mi fortaleza", y abrazada a Su infinita Misericordia.
ResponderEliminarGracias por su cariño, es mutuo.
Bendiciones, gracias por estar.
Susana
Hola Susana, pase a leerte y dejaarte mis saludos.
ResponderEliminarQue tengas un lindo fin de semana.
Hola Claudia, gracias por pasar por aquí!
ResponderEliminarPara vos también, un hermoso y bendecido finde
Abrazo,
Susana
Susana, te leo y me veo en algunas de tus lineas. Que la Misericordia del Senor siempre este contigo. No te pares. Ya hemos ganado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Sí, también yo en alguna de las tuyas...y qué grande es la Misericordia del Señor, y sí, el Señor de los Ejércitos batalla delante nuestro y por nosotros, a Él damos toda la Gloria!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Oceanida,
un abrazo grande
Susana
Susana, gracias por tu testimonio. Adelante y a ser Santa ! Dios te bendiga y Santa María te sonria. Claudio*
ResponderEliminar(Visiten también www.mariamadrededios.com.ar)
Claudio, qué alegría tenerte por aquí, muchas gracias!! por supuesto, también visito la otra página, muy hermosa y tan útil.
ResponderEliminarMuchas bendiciones para vos y los tuyos, y que María los acompañe siempre!
Susana