
Mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en hombre;
mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en magnates.
Me rodeaban todos los gentiles: en el nombre de Yahveh los cercené;
me rodeaban, me asediaban: en el nombre de Yahveh los cercené.
Me rodeaban como avispas,llameaban como fuego de zarzas:en el nombre de Yahveh los cercené.
Se me empujó, se me empujó para abatirme,pero Yahveh vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es Yahveh,él ha sido para mí la salvación.
¡El Señor es grande!. Curiosamente en estos días vivo algo parecido a lo que dice este maravilloso salmo. Pero una cosa tengo clara. Con Él todo lo podemos. Nustras alabanzas alejan a los enemigos. A Su lado nada temeremos ¡porque la Victoria es de nuestro Dios!
ResponderEliminarGracias por esta entrada Susana.
Unidos en la oración, recibe un abrazo,
Rafa
Amén, querido Rafa!!! sí, Él es GRANDE y TODOPODEROSO, y el poder de la alabanza es impresionante. Lo subí al blog porque es lo que experimenté hace unos días yo también, y era algo que esperaba hace muuuuuchoooo tiempo...pero finalmente, las murallas cayeron, la roca se corrió...Aleluia!!!!
ResponderEliminarGracias a ti, por estar aquí. Un abrazo, juntos en la oración
Susana