¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.
San Francisco de Asís
Susana, tengo muchos ploblemas para hacer comentarios en los blogs, el tuyo no se guarda, veremos este.
ResponderEliminarUnidas en Cristo
Con ternura
Sor.Cecilia
Querida Sor.Cecilia, parece que este sí pudo quedar, qué alegría tenerte otra vez conmigo aquí.
ResponderEliminaroro por ti, un abrazo enorme en Cristo y María
Cariños
Susana