El Señor mandó correr la roca, aleluia!!!

Para resucitar a la vida nueva, es necesario que el Señor mande correr la roca, para que así salgamos del sepulcro.

Jesús mandó correr la roca del sepulcro, y dijo a Lázaro que se levantara. Y Lázaro se levantó, y salió a su encuentro.

En estos días he experimentado, una vez más, cómo obra el poder de Dios cuando lo dejamos; cuando aceptamos nuestra impotencia frente a situaciones que nos exceden. Nuestro afán por cambiar las cosas que nos pasan hace que perdamos de vista que nuestra vida está en manos de Dios, que a Él no se le escapa ningún detalle, que si sabemos esperar Sus tiempos nuestras necesidades SIEMPRE se verán atendidas.

Una vez más comprobé, y lo doy como testimonio personal del poder de nuestro Dios, que cuando declaramos con valor y vigor nuestra Fe, las rocas son corridas, las murallas caen. Nadie es más poderoso que el Señor. Nada es más fuerte que Él. Los enemigos se dispersan, terminan desistiendo. Y la Fortaleza que procede de lo Alto es un distintivo del seguidor de Cristo. Por eso seguimos caminando, confiando, creyendo, amando. Aunque muchos no nos entiendan, aunque nos critiquen, aunque se burlen. Poner totalmente la confianza en Dios no es fácil, lo sabemos muy bien, cuando las situaciones se tornan ásperas en nuestra vida. Pero nunca queda sin premio. El mayor de todos? La PAZ que sobrepasa todo entendimiento, y la resurrección a una nueva forma de vivir.

Paz y Bien