Preguntas...

En estos tiempos tan difíciles, está muy bien dar de comer a los que no tienen, en los comedores parroquiales...pero, se les ofrece el sacramento de la reconciliación para que puedan recibir el Verdadero Alimento, el que verdaderamente Sana?

En estos días se cuestiona mucho a los sacerdotes, sobre su moral (lamentablemente muchas veces con causa), pero María nos pide que oremos mucho por todos ellos, para que no se pierdan, porque son Sus hijos predilectos, y además, nuestro Señor nos ha dicho que no juzguemos, si no queremos ser juzgados luego por El. El sacerdote es sacerdote para siempre, si fue correctamente ordenado, y dará cuenta por sí mismo por su conciencia y obras, pero en el momento de escucharnos en confesión y celebrar la Misa, es el Señor y el Espíritu Santo Quienes obran a través de él!!!

La Santa Misa debe ser vivida, y vivida con respeto y unción, y comprendiendo lo que está sucediendo en cada paso, pero…lo sabemos? Es esto explicado?

Se sabe que el Señor está presente y desde la Sagrada Eucaristía nos mira a cada uno de nosotros con todo Su Amor, atrayéndonos una vez más hacia Sí? O la Misa se ha convertido en una reunión social, para encontrarnos, charlar (aún durante la celebración!), con manifestaciones cada vez más “divertidas” (hasta aplausos cuando alguien conocido cumple años), cuando debería ser de total recogimiento y en conciencia de estar pisando Suelo Santo y que estamos asistiendo a un momento Sagrado?

Tenemos conciencia de ello en verano, cuando asistimos en musculosa y short como si fuéramos a la playa?

Tenemos conciencia de que estamos recibiendo al Señor en la Sagrada Eucaristía, a Su Sagrado y Hermosísimo Cuerpo? Que debemos hacerlo con reverencia y adoración? Y que durante la Consagración, si las rodillas nos lo permiten, debemos arrodillarnos ante El Rey? Y también sería bueno arrodillarnos al comulgar, aunque podemos hacer una genuflexión o al menos inclinar la cabeza en reverencia ante el Señor antes de recibirlo…así lo pide María!

Hermanos Católicos, si respondemos al Papa, no podemos callar ni temer más.

“No tengan miedo!” nos recordaba SS Juan Pablo II…basta de miedo al qué dirán, a que nos miren mal, como bichos raros, o nos excluyan…y si eso ocurriera, Gloria a Dios! Ofrezcámoslo a Jesús, como partícipes de Sus padecimientos!

Debemos hablar, hablar, hablar sin miedo y sin disfrazar la Verdad. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Lo es. Sólo Él. Ayudemos con nuestra voz y nuestro ejemplo a los extraviados, abramos la boca pidiendo al Espíritu Santo que hable a través nuestro, y Él la llenará con palabras de Verdad.

Estamos viviendo las horas en que todo se decidirá. Mantengamos nuestras lámparas encendidas, el corazón dispuesto, y vestidos con la armadura de la fe.

Nos ayudan también los sacramentales, medallas, la Santa Cruz, escapulario, la medalla de San Benito…usémoslos! No estamos luchando contra fuerzas humanas, creámoslo!!!

Vamos con María, la Llena de Gracia, Quien vencerá por su Corazón Inmaculado. Amén!