Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber
y mi poseer.
Vos me lo disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que esto me basta.
Amén.
San Ignacio de Loyola
¡Oh amor mío!
ResponderEliminartodo tú eres mío y para mí.
Tu misericordia está derramada para mí
y mi amor aunque pobre es tuyo como mía es tu gracia.
¡Oh amado mío! eres todo entero para mi,
tu Espíritu es mi luz, tu voluntad la mía.
Si mis pecados quisiste, yo te los doy todos
y obra en ellos con tu misericordia obras de amor.
¡oh dichosa ventura la mía!
me muero por estar en tu hermosura,
clavar mi alma en la tuya y no desear nada más, nada más, nada más.
Con ternura.
Sor.Cecilia
Gracias Susana por tus comentarios, me encanta tenerte cerca
No puedo no mostrar este hermoso poema, a todos. Muchas gracias. Y Muchas gracias por estar a mi lado!
ResponderEliminarCariños, junto a María