Tenemos un Señor que no deja de prodigarnos Su delicadeza...
Delicadamente nos hace ver nuestros errores o fallas de apreciación, a través de los hermanos.
En lo personal, me hizo reflexionar, a través de una persona, sobre qué me querrá decir Él a mí cuando permite que sucedan ciertas cosas que no me gustan...y me hizo ver que más que hablar, debo observar.
Aunque a mí me parezca que algo no está como debiera, quizás no debo fijarme en cómo hacer para corregirlo, sino qué me quiere decir Él con eso. Interesante.
Mantén mis oídos y ojos bien abiertos, Señor, para no confundirme!
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