JESUCRISTO ES EL SEÑOR!!!!!

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sábado, 17 de abril de 2010

Los caminos del Señor...y de María! (testimonio)

Queridos hermanos, el otro día les contaba que estuve pasando unos días en San Nicolás (Argentina). Desde hacía mucho tiempo sentía ganas de volver a estar en esa tierra tan bendecida donde se palpa tan cerca la presencia de nuestra Mamá. Quisiera compartir con ustedes cómo fue que finalmente fui:

Había tomado unos días de licencia porque necesitaba pensar y tomar una decisión de vida, y debía parar para estar a solas, en descanso y meditación.
No quería quedarme en casa, necesitaba cambiar de ambiente, pero hasta el mismo día de mi viaje no sabía adónde quería ir. Elegí otro destino, más al norte, y hasta saqué el pasaje...pero, por "alguna extraña razón" olvidé tomar los datos del hotel donde me iba a hospedar. Entonces, intenté varias veces volver a entrar a la página web de ese lugar, para poder tomar los datos y así llegar, cuando para mi sorpresa...la página había desaparecido de internet!!!

Los días anteriores los pasé buscando y buscando destinos posibles, y "no sé por qué" siempre dudaba y venía a mi corazón San Nicolás, y por supuesto, María del Rosario. Pero seguía buscando.

Pues bien, el día en que les cuento, la última vez que intenté encontrar la página "perdida", miré mi reloj: las tres de la tarde, hora de la Misericordia. Ahí comprendí enseguida. Y ya no lo dudé. Me levanté y casi corriendo volví a la terminal y cambié el pasaje para San Nicolás, a ver a María, Quien evidentemente me estaba llamando!

No puedo describir con palabras la paz que tuve esos cinco días, lo cerca que sentí a Nuestra Señora, lo hermoso que fue compartir la Misa en el Santuario cada mañana, y la belleza del último día, en que recibí la respuesta que había ido a buscar, y a solas le agradecí a Mamá sentada bajo un árbol del campito bajo los cálidos rayos del hermano Sol...

Muchas cosas recibí en ese viaje, y a pesar de haber sido tan pocos días volví renovada como si hubiera descansado un mes! Uno de esos días, durante la tarde, todavía pensando (y orando) sobre qué decisión debía tomar, sentí que tenía que buscar un libro (que no tenía ni sabía cuál sería), porque allí encontraría respuestas. Fui a caminar, y encontré la librería de la Editorial San Pablo. Entré, le pregunté a la señora que atendía, no sabía cuál recomendarme. Justo cuando le estaba diciendo "es que no sé qué tengo que hacer"...mis ojos se posaron en un libro cuyo título era exactamente ese: "Qué tengo que hacer?" (Anselm Grün, monje benedictino). La señora, cuando vió mi cara de sorpresa y alegría, no podía creer que ese libro estuviera allí. Enseguida, llamó a alguien de un grupo de oración del Santuario y puso mis intenciones para que oraran todos por ellas. Otro regalo de la Misericordia del Señor!

El último día, pude recibir consejo del sacerdote que celebró la Misa que compartí, y allí sí, ya no me cupo ninguna duda de qué debía hacer. Gloria al Señor! Gracias, Madre!

Tan hermosa fue la estadía (además de comprobar la hospitalidad de los lugareños) que me emocioné hasta las lágrimas cuando tuve que partir. Me quería quedar.

Acaba de terminar la semana de mi regreso, y, a punto de dar el salto al vacío, sé que será para caer en brazos de mi Jesús, bajo el Manto de María. Así que, una vez más, Jesús, en Vos confío!

Un abrazo para todos,
Paz y Bien

1 comentario:

  1. ¡Bellísimo tu testimonio y bellísima tu alma y toda tu persona, queridísima Susana! Un beso grande y un abrazo fuerte, en Jesús y María.

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